CINCO PUEBLOS AFRENTADOS

TRES años después de su conclusión se nos anuncia que se va a poner a funcionar en los próximos meses la gran planta de reciclado de purines de Turégano que, en puridad, se trata de una transformadora de energía. Recibe gas natural que transforma en energía eléctrica. Los purines se utilizan como refrigerante. Sólo por la utilización de los residuos ganaderos, la Unión Europea autoriza que el gas se transforme en electricidad, es decir por la bondad ecológica de sus propósitos.
El caso es que buena parte de esas toneladas que antes iban a parar a las sufridas tierras contaminando el aire y las aguas, van a tener ahora un destino más noble y menos perjudicial para nuestros campos y de ello debemos alegrarnos todos. La planta de transformación se encuentra situada en el término de Turégano, a unos tres kilómetros de su casco urbano, muy cerca del límite con el término de Muñoveros. El coste debe de haber frisado los dos mil millones de pesetas y el retraso en su puesta en funcionamiento se ha debido a que Unión Fenosa, la empresa que suministra electricidad en la zona, carecía de una subestación receptora en Turégano capaz de admitir la cantidad de kilovatios que la planta va a generar.
No se explica uno cómo, con una inversión tan grande, no se había previsto una minucia de este tipo. Pero, finalmente, la electricidad va a llegar a la subestación Turégano, si bien sólo de manera transitoria porque el propósito, tanto del Ayuntamiento de Turégano como de Unión Fenosa, es desviarla a la estación eléctrica de Cantalejo. Y aquí surge el conflicto y la crispación. El Ayuntamiento de Turégano que ha sido el beneficiario de los impuestos por los permisos de obras y que será el primer beneficiario futuro por el desarrollo de dicha actividad económica, pretende ahora, junto con Unión Fenosa, que se trace una línea nueva para llevar la electricidad a Cantalejo con los consiguientes perjuicios que ello ocasionaría en el medio ambiente a lo largo de los cinco términos municipales por los que el trazado tendría que discurrir. El despropósito es enorme y los cinco municipios se consideran legítimamente afrentados.
Una reciente sentencia del Tribunal Superior de Burgos permite ampliar la subestación de Turégano, motivo del retraso, por lo que Unión Fenosa tiene ahora vía libre. Pero no, ignoramos qué tejemanejes se traen entre manos el Ayuntamiento y la empresa eléctrica para obstinarse en acometer un trazado nuevo, un trazado de quince kilómetros de longitud que tendría que atravesar tres arroyos, un río, dos montes públicos y un magnifico bosque de ribera, levantando tierras y tendiendo postes, creando en definitiva un gran desaguisado cuando tienen la posibilidad de cruzar tan sólo tres kilómetros de tierras de labor si esos kilovatios generados en la planta transformadora se recibiesen en Turégano de manera definitiva que es lo que, a simple vista, marca el sentido común.
Como es lógico los alcaldes de Cantalejo, Sebúlcor, Cabezuela, La Puebla de Pedraza y Muñoveros, poniendo el grito en el cielo, han hecho piña contra el carajal que amenaza sus términos. Y piña hacen los vecinos, los mismos vecinos que hace unos años se vieron sorprendidos con el trazado que alevosamente trataron de imponerles desde la empresa eléctrica de manera torticera. De modo que los ánimos se han ido crispando en los últimos tiempos. Y es una lástima porque se necesitarían dos o tres plantas más para atajar el enorme problema que vienen creando los residuos porcinos en la zona, unos problemas cuyo alcance no solo sufrimos nosotros sino que es una herencia envenenada que, inevitablemente, sufrirán las generaciones venideras.
A todo esto uno se pregunta qué hace la Junta de Castilla y León que no corta de raíz con estos despropósitos. Para que la escalera termine subiéndose a la cabra sería un acierto que la próxima planta de transformación de residuos se levantara en Cantalejo, pero que fuera la subestación eléctrica de Turégano, a través de una nueva línea, la que recibiera esa energía generada por los briqueros. Pueblo incorregible el nuestro: formamos parte de un circo chocarrero.

IGNACIO SANZ, Escritor y ceramista

FUENTE:
EL NORTE DE CASTILLA

Uge, La Web de Sebúlcor

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