EL BOOM DE LA RESINA

El 'boom' de la resina regresa para salvar comarcas arrasadas por la crisis.

Los habitantes de la Tierra de Pinares castellana han encontrado la manera de plantarle cara a la crisis: Retomando oficios antiguos vinculados a los recursos naturales del territorio, como el de resinero. Sorprendentemente, en esta castigada comarca, una actividad productiva ha tomado el relevo al ladrillo: El 'boom' de la resina.

Padres de familia en la cincuentena, ahora en paro, han vuelto a los pinares que trabajaron de niños. Los pinos, abandonados durante los lustros que ha durado la burbuja inmobiliaria, vuelven a darles de comer. De nuevo, la resina que siempre han llorado los árboles autóctonos, es rentable.

"El pino se lleva en la sangre. He estado entre pinares casi toda la vida", recuerda Félix Manrique, de 46 años, que se quedó en paro después de trabajar durante veinte años en un aserradero y pasar después al sector agroalimentario. Ahora, prueba suerte por primera vez en su vida como autónomo resinando tras recibir un curso de formación. "Es la primera vez que me pongo", confiesa. "¿Que si sale rentable? Hasta que no llegue noviembre, no lo sabremos. El pino se empieza a trabajar en primavera, pero este año, con las nevadas de abril, aún estamos esperando a que nos den potes. Y los pedidos se acumulan".

20.000 euros limpios en nueve meses

Manrique, natural de Veganzones (Segovia), tierra abundante en pinos resineros (Pinus pinaster), es segundo teniente de alcalde y sabe cómo funciona el reparto de los tranzones o matas (cantidad de pinos que trabaja cada resinero, entre 4.000 y 5.000). Normalmente, los dueños de los pinares son los ayuntamientos, que sacan a subasta las matas y reciben de los resineros 0,45 céntimos por árbol, algo menos si subvencionan la actividad. Cada pino se puede explotar durante 25 años. Se calcula que los resineros vienen a ganar 20.000 euros limpios en los nueve meses que dura la temporada. Otros cifran en unos 900 euros mensuales la rentabilidad de una mata de 4.000 pinos. Menos da una piedra.

Los periodistas Alberto Cerezal y Luis Miguel Mota, en la revista Alfoz de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, cuentan la historia de Alberto Tejedor, un resinero de Sebúlcor que se inició en el oficio ayudando a su padre a los 14 años, tras acabar el colegio. Asegura que en la comarca se ha resinado a la manera tradicional hasta 1990. Ese año, Alberto tuvo que abandonar. El precio del kilo de resina estaba por los suelos. No fue el único. Los pinares se quedaron abandonados durante dos décadas.

De 27 fábricas en los años 60 a tres en 2010

Para hacerse una idea de la trayectoria del sector, cabe recordar que a principios de los años 60, en la provincia había 27 fábricas de resina. En esa época fue cuando España marcó su récord de producción de miera. Después llegó la caída libre hasta nuestros días, con unas tres fábricas en toda Segovia.

Sin embargo, últimamente algo está cambiando. Alberto Tejedor ha regresado al pinar, animado por el aumento del precio del producto. Como el suyo, en su pueblo hay más casos. Félix Manrique asegura que raro es el pueblo de los alrededores donde no haya un puñado de resineros de nuevo cuño abrazando los pinos para hacerles sudar la miera: En Muñoveros hay tres; en Sebúlcor, dos más. También hay extranjeros: En Cantalejo hay un hondureño y un colombiano. Y mujeres. "Habiendo pinos que trabajar, no hay problema", opina.

A esta nueva tendencia ha contribuido la llegada de una nueva empresa a Cuéllar, Resinas Naturales. Francisco Revilla, director de la sociedad, relata cómo fue su llegada: "Cuando vinimos en 2010, el mercado estaba totalmente hundido. Se pagaba a 0,63 euros el kilo de resina, lo que suponía que el resinero no ganaba dinero. Quedaban 20 ó 30 personas trabajando en esto en toda España, confinados en esta comarca de Tierra de Pinares. Llegamos, vimos el mercado, subimos el precio del kilo a 1,05 euros y cambiamos muchos esquemas".

"Es un 'superboom': Hemos doblado la producción"

Revilla confirma el fenómeno del 'boom' de la resina. "Es un 'superboom'. Hemos doblado la producción de un año para otro. El primer año contamos con 100 resineros, el segundo, con casi 200. No contratamos más gente porque hemos cerrado para ir creciendo poco a poco, porque si no, podemos morir de éxito". Resinas naturales exporta el 60% de su producción a países de los cinco continentes. Esta comarca segoviana se ha convertido en la productora número uno de resina de Europa.

El sector achaca el éxito a la confluencia de varios factores, entre ellos, el aumento del precio del petróleo; el autoabastecimiento de los dos principales productores mundiales, los BRIC China y Brasil; y la especulación sobre la resina importada, que ha vuelto a hacer competitiva la miera nacional, de gran calidad. También ha influido una crisis galopante que ha dejado a casi un cuarto de la población española en el paro. Hace cuatro años, los hoy resineros autónomos estaban colgados, sí, pero en los andamios, no en los pinos.

Las aplicaciones de la resina

Son muchas las aplicaciones de la resina: Tintas de impresión, pinturas, aguarrás, pegamentos, chicles, cosméticos, ceras de depilación, fragancias. "La colofonia antes no se vendía", explica Revilla, cuya sociedad ha empezado a aplicar nuevas tecnologías a una labor que se realizaba de la misma manera desde hacía dos siglos.

La otra pata de Resinas Naturales es CEMSA, sita en Cornellà, empresa con 32 años de actividad en el entorno de la estética y cosmética profesional. Desde 2011 obtiene la colofonia, su principal materia prima, de las Resinas Naturales de Cuéllar.

"Nosotros no hemos venido a trabajar en cualquier cosa. Somos conscientes de que esta crisis va para largo. Queremos gente estable y fijar población", declara Francisco Revilla. En este punto hacen hincapié Alberto Cerezal y Luismi Mota, desde la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. Por eso organiza junto a Honorse  los cursos de resineros para desempleados. Con ellos, además de facilitar el autoempleo, se pretende contribuir al desarrollo sostenible de los recursos naturales y revertir la tendencia de despoblación y envejecimiento asentando habitantes en el medio rural.

Alberto Tejedor en el programa "Gente" de TVE.


FUENTE:
ELCONFIDENCIAL.COM

Uge, La Web de Sebúlcor

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