Att. D. Francisco Pedroso y Dña. Elvira Gutiérrez Galindo
Servicio de Medio Ambiente de Segovia.
Junta de Castilla y León
Asunto: Opinión del biólogo botánico Dr. Emilio Blanco, con 48 años de experiencia y buen conocedor de la provincia, que ha publicado 3 libros y varios trabajos de la botánica y etnobotánica de la provincia.
Me dirijo a Uds. con el debido respeto para darles mi opinión y la de otros compañeros de mi entorno profesional sobre la zona en la que se está interviniendo en el Monte 300 de la finca Doña Petronila (T.M. Sebúlcor, dentro del Parque natural Hoces del Duratón, propiedad de la Junta de C&L):
Como Uds. saben el paraje y finca de unas 100 ha tiene un valor botánico y natural importante. Se trata de un pinar negral (Pinus pinaster) mixto en ecotono con enebral (Juniperus communis, J. oxycedrus y J. thurifera, 3 especies), original, escaso y valioso. Establecido sobre suelos transicionales entre arenosos y calizos, que tiene al menos tres estratos arbustivos bastante densos: el estrato arbustivo superior formado por mezcla de Juniperus, con fuerte regeneración, el estrato arbustivo medio denso formado por jaral de jara blanca (Cistus albidus, muy rara en estas latitudes), matorral acompañado por tomillar-esplegar (Thymus mastichina, Lavandula latifolia, Dorycnium pentaphyllum, Rosa sp. y alguna carrasca, Quercus rotundifolia). Y por debajo tenemos el estrato muscinal y criptogámico que está muy bien desarrollado y estructurado, y forma un tapiz continuo en el suelo, muy micodiverso.
El conjunto es un ecosistema mixto transicional pinar negral/enebral bastante raro, original y escaso en la provincia y en la Tierra de Pinares, no descrito en la bibliografía botánica, ya que participa plenamente de tres hábitats de interés comunitario (Directiva Hábitat 92/43/CEE) entremezclados (sobre todo los 2 primeros):
HIC
9540 Pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos
5210 Matorrales arborescentes con Juniperus
9560* Bosques endémicos de Juniperus .
El concepto de gestión e intervención que Uds. están aplicando y que se justifica en la “limpieza” del monte para “sanear” y prevención de incendios es cuanto menos discutible y no se justifica a priori desde otros puntos de vista porque simplifica mucho este ecosistema, que tardaría mucho en regenerarse y visto desde la perspectiva de la biodiversidad vegetal no es adecuado. En este sentido y caso concreto compartimos un criterio distinto de gestión y “limpieza” del monte entre gestores e ingenieros de Montes y botánicos o expertos en biodiversidad vegetal.
La prevención de incendios es un motivo muy loable pero quizás no sea tan evidente su eficiencia en esta actuación. Por otra parte, el olivado (poda de ramas bajas) que se está haciendo de los enebros es antinatural y no sería necesario pues el porte de los enebros es distinto.
Insistiendo en la idea, la alteración del medio que supone la eliminación de matas arbustivas densas y olivado de las ramas bajas, que ocasiona un cambio en las condiciones de insolación, humedad, etc., perjudiciales o limitantes para pervivencia y desarrollo de comunidades de plantas, musgos, hongos o fauna adaptadas a este medio.
Resumiendo: el valor botánico de este entorno, su escasez y originalidad hacen del monte 300 un lugar donde hay que pensar y evaluar previamente antes de actuar, así como consensuar con otros profesionales.
Se realizó hace unos 7 años otra actuación similar en el monte de al lado (Corrales del Llano Monte público 213, cuartel B, tranzones 14 y 15), perteneciente a la misma finca, de la que hicimos un informe más completo que todavía sigue vigente y que hizo detener la actuación.
Atentamente:
Firmado: Emilio Blanco Castro, botánico con 48 años de experiencia.
ANEXO: Mostramos algunas imágenes del antes y después de la actuación, donde se puede ver la pérdida de complejidad o simplificación del ecosistema global que supone esta actuación de gestión forestal. De esta manera el bosque se transforma en un parque forestal, mientras que sería suficiente con limpiar la madera muerta y árboles caídos afectando al suelo lo menos posible. Además, pensamos que su beneficio a la hora de prevención de incendios no es tan evidente, ya que haría que el fuego se trasmitiría más deprisa, que con un monte con mayor biodiversidad vegetal.
Antes (foto 1) y después (fotos 2, 3 y 4)
foto 1
foto 2
foto 3
foto 4








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