Graffiti de un pene en el techo de una cueva. Creo recordar que la cueva nos la enseñó Alberto Tejedor, y que después fue Fernando (Esca) el que descubrió el graffiti, aunque también pudiera haber sido al revés.
Según un arqueólogo que visitó la cueva, podría tratarse de un santuario priápico romano. Príapo era un dios romano, asociado con la fertilidad y representado con un erecto falo enorme, simbolizando la fuerza fecundadora de la Naturaleza.
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