CANTALEJO SEDUCE A LOS MOTEROS

Éxito. La lluvia no frenó a los aficionados a la moto, que acudieron en gran número a la concentración organizada por la empresa Naturaltur en ‘El Hoyal’.

La letra ‘v’ que formaban los dedos índice y corazón de muchos moteros fue ayer la imagen del día en Cantalejo. ‘V’ de victoria. Los briqueros habían apostado fuerte por su concentración motera y salieron victoriosos. “Está siendo un éxito”, apuntaban desde la organización. La gran familia motera no dio la espalda a Cantalejo, y desde los cuatro puntos cardinales de España, e incluso allende nuestras fronteras, llegaron aficionados, la mayoría nostálgicos de ‘Pingüinos’.
Ángeles Almaluez, de la peña ‘Pakí payá’ de Tarragona, se lo estaba pasando “de maravilla” con su marido y unos amigos, también moteros, venidos de Teruel, Madrid, Ciudad Real y Cantabria. De todas partes, vamos. Los componentes del grupo habían puesto un fondo para afrontar los gastos, y se habían repartido “de buen rollo” el trabajo a hacer. El objetivo de todos era idéntico, pasar un buen fin de semana. Y hoy, cada uno volverá a su tierra. “Posiblemente —estimaba Almaluez— no nos volvamos a ver hasta dentro de un año”.

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Tal y como había anunciado el alcalde de Cantalejo, Máximo San Macario, las instalaciones de ‘El Hoyal’ estaban totalmente preparadas para recibir una avalancha de moteros. Se percibía el trabajo previo señalizando los servicios de hombres y de mujeres, instalando contenedores de basura y colocando camiones de bomberos en los puntos estratégicos... y todo ello, bajo la vigilancia de la Guardia Civil. Y con Protección Civil atenta, por si se producía algún incidente.
“¡Está todo espectacular!”, decía Andrés Oso 34, de ‘Los lobos de la R69’. “Me da la espina que no va a ser la última concentración que se haga aquí”, agregaba, mientras se disponía a comer con su gente.
En la zona de acampada se veían muchas hogueras. “Aquí hay un ambiente familiar”, señalaba Carlos Vallinas, uno de los pioneros de ‘Pingüinos’. Las llamas unían. Nadie se sentía extraño. Uno soltaba un chiste, otro ofrecía un trago de vino... “Esto es la hermandad motera”, explicaba al periodista uno del grupo.
Los chiringuitos situados junto al escenario de la música repartían, a mediodía, cerveza a diestro y siniestro. “Ayer (por el viernes) no paró de caer agua y el negocio estuvo flojo, pero hoy (por ayer) ¡esto se anima!”, señalaba Diego Benito, propietario de uno de ellos. La afluencia de moteros también era alta en la cercana carpa de la Diputación de Segovia, con una veintena de stands de alimentos de la provincia. Y, a escasos metros, en otra carpa, El Portón de Javier preparaba una multitudinaria cena, en la que los aficionados a las dos ruedas iban a dar cuenta de 250 kilos de puré de patatas y dos terneras asadas.
Había motos y moteros por todos los lados. Y no faltaban las curiosidades. Un club de Santander que ha viajado hasta Cantalejo en Vespino. Un par de motocarros llegados desde La Coruña... En las conversaciones de los moteros menudeaban las referencias a la concentración de Valladolid, ‘La Fiesta de la Moto’, que, al parecer, no cumplió las expectativas... pero nadie quería hacer leña del árbol caído. Lo cierto es que más de un motero que fue a Valladolid, viendo el estado en que se encontraba el lugar de esa concentración —totalmente embarrado—, decidió finalmente ir a Cantalejo.
José Tovar, de la empresa organizadora Naturaltur, estaba “satisfecho” con lo que veía. A la hora de comer, el número de inscritos ascendía a 1.700, y él esperaba que antes de acabar el día llegara a 3.000. “En todo el fin de semana van a pasar por aquí unas 6.000 personas”, pronosticaba.
‘La leyenda continúa en Cantalejo’ ha alcanzado en su primera edición el éxito. Rui Risota, de Lisboa, lo dirá en su ciudad natal. “Me encanta, está todo perfecto; seguro que volveré”, declaraba.


FUENTE:
ELADELANTADO.COM

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