Las gentes de Sebúlcor son conocidos como 'brujos' por su don para curar enfermedades.
Su gentilicio es sebulcoranos, pero en la zona, a las gentes de Sebúlcor se les conoce más como 'brujos'. A medio camino entre la leyenda y la realidad que se transmite de generación en generación, lo cierto que siempre se oyó hablar en el entorno que los vecinos de esta localidad segoviana se caracterizaban por tener un don especial que les permitía curar algunas enfermedades.
De padres a hijos y sin que salga de este entorno familiar, se transmiten los secretos de esa peculiar magia que ha llegado incluso al siglo XXI.
Cuentan que no sólo para curar enfermedades estaban dotados algunos de los sebulcoranos, sino que incluso eran capaces de tocar la campanas de la iglesia parroquial de la Magdalena de una manera tan especial que las temidas tormentas no descargaban sobre sus tierras.
Muchas personas han pasado a lo largo del tiempo por las manos de los curanderos de este pueblo, y es que su fama llegaba más allá del límite del término, ese del que sus gentes extraían buena parte del material de trabajo.
Servicios
No sólo para el cultivo de cereales con los que alimentarse y ganarse la vida sirven las tierras de la localidad cada vez menos agrícola y ganadera y sí más dependiente del sector turístico gracias a la explotación de esos mismos recursos naturales pero de una manera diferente. El bello paisaje en el que Sebúlcor tiene el privilegio de enmarcarse supone una riqueza y un potencial de desarrollo que sus vecinos han sabido explotar con la apertura de diversos negocios vinculados al sector turístico y de ocio.
Alojamientos, restaurantes y empresas de turismo activo dan trabajo a sus gentes y sirven de reclamo para los visitantes, que pueden conocer y disfrutar de ese bello paisaje enclavado en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón.
Una obra de arte de la naturaleza de pronunciados y vertiginosos cortados entre los que se pasea el cauce fluvial y por los que se puede incluso viajar en piragua, viendo volar a los buitres sobre las cabezas.
Ese bello paisaje que ahora los sebulcoranos explotan a través del sector servicios y del que sus antepasados ya extraían las materias primas con las que curar los males. Expertos conocedores de las plantas y de sus propiedades, así se ganaron esa fama de 'brujos' por la que aún hoy se conoce a las gentes de Sebúlcor.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS-PATRIMONIO
Las ruinas del Monasterio de la Hoz se asoman a un cortado del río Duratón.
El atractivo de la iglesia parroquial de Sebúlcor palidecía ante la belleza natural del enclave en que se asienta el pueblo, enmarcado en el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Pero las últimas intervenciones llevadas a cabo en este templo, de estilo románico, han permitido sacar a la luz tesoros que se unen a elementos destacados como la pila bautismal, el coro y varios retablos barrocos y clasicistas, algunos procedentes del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz. Precisamente este edificio, hoy en ruinas, es uno de los monumentos más significativos de la localidad, entre otros motivos por el enclave en que está, asomado a un cortado, en el cañón del Duratón en la parte más septentrional del término.
Actividades para todos las edades
Juegos y actividades para los niños en verano y durante el curso, teatros y exposiciones de los más mayores y una exhibición de oficios antiguos son algunas de las actuaciones que promueven las diferentes asociaciones que operan en Sebúlcor, un pueblo que en octubre organiza sus propias jornadas del libro, con los niños como protagonistas.
Del latín 'sepulcrum', sepultura
Sebúlcor aparece citado en el año 1247, cuando figuraba como El Sepulcro, nombre del que deriva la actual denominación, que aparece ya en un documento de 1587, aunque en ocasiones, entre los siglos XV y XIX, se le menciona como Seburcol y Seburcor. Sebúlcor deriva de la palabra latina 'sepulcrum', que significa sepulcro, sepultura.
Celebraciones de mayo a septiembre
Son conocidos por su carácter festivo. De hecho, son muchas las fiestas que se celebran en Sebúlcor. Comienzan con San Antonio y el Patrocinio de San José en mayo y junio y finalizan con San Miguel Arcángel a finales de septiembre, reservando para el mes de julio las celebraciones más grandes, en honor de Santa María Magdalena, patrona de la iglesia.
Población: 281 habitantes.
Extensión: 27,7 Km2.
Altitud: 941 metros.
Distancia de la capital: 56 Km.
Fiestas: Patrocinio de San José (cuarto fin de semana después de Semana Santa). San Antonio (13 de junio). Santa María Magdalena (22 de julio). San Miguel Arcángel (29 de septiembre).
Lugares de interés: Parque Natural de las Hoces del Duratón. Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz, en ruinas. Iglesia de Santa María Magdalena.
Sebúlcor en el siglo XIX: El caserío de Sebúlcor estaba formado a mediados del siglo XIX por 50 casas, entre ellas la del Ayuntamiento, y tenía también entonces escuela de instrucción primaria mixta, según cuenta Pascual Madoz en la descripción que hace de la localidad en 'Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España'. Entonces y desde el 1 de enero de 1848 estaba unido a su ayuntamiento el pueblo de San Miguel de Neguera. Pueblo agrícola, sus gentes cultivaban trigo, cebada, centeno, garbanzos, algarrobas y cáñamo. Además tenían ganado lanar, vacuno y asnal que disponía de pastos en la pradera de La Nava. También había vecinos dedicados a serrar las maderas para elaborar trillos, arcas, puertas y «otras cosas todas bastante toscas». Había dos molinos harineros y tres tejedores entre sus 58 vecinos y «221 almas».
FUENTE:
EL NORTE DE CASTILLA
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