Se han realizado en las localidades de Viérnoles (Cantabria) y en el aula activa de Villamanín (León).
Los estudiantes del centro coinciden en valorar el desarrollo de las jornadas.
A lo largo del pasado mes de octubre, dos grupos de alumnos del Instituto de Educación Secundaria “Hoces del Duratón” han participado en dos aulas en la Naturaleza, acompañados por dos profesores del Departamento de Ciencias Naturales del citado centro educativo.
El primer grupo, formado por alumnos de 4º de Educación Secundaria Obligatoria ha acudido al Centro de Educación Ambiental (CEAM) de Viérnoles (Cantabria), que depende del Ministerio de Educación y Ciencia, en Madrid. El segundo grupo, formado por 34 alumnos de 1ºde Bachillerato ha desarrollado su actividad en el Aula Activa de Villamanín (León), en el albergue juvenil que la Junta de Castilla y León tiene en dicha localidad.
El fin último de estas aulas en la Naturaleza es el mismo: llevar a cabo una serie de actividades, tomando como referencia el medio ambiente y su conservación, desarrollando las clases en un entorno distinto a aquel en el que habitualmente se imparten, que es el centro educativo. Un segundo objetivo que se pretende conseguir es llevar a cabo unas jornadas de convivencia, conociendo a chicos de otro centro, caso del CEAM de Viérnoles o del propio centro, caso del Aula Activa de Villamanín.
Gratificante
La actividad ha sido muy gratificante para los estudiantes, a pesar de que se han pasado los días recorriendo el campo y han llegado muy cansados. La jornada comenzaba a las ocho y media de la mañana, hora en que se levantaban, se aseaban y desayunaban. Después, la salida de la mañana, hasta la hora de la comida, un poco de tiempo libre y a planificar la salida de la tarde; y despues, un nuevo itinerario, hasta las siete, en que se regresaba al albergue. A la ducha, a cenar y después actividades lúdico-deportivas, hasta las doce en que los chicos y chicas se iban a la cama, a descansar, para iniciar al día siguiente una nueva jornada.
Las actividades que se han llevado a cabo han sido muy variadas, desde el recorrido por un bosque o la ribera de un río, hasta la visita a un museo etnográfico o a una calzada romana. Tal vez la visita más impresionante fue la de la cueva de Valporquero, en la que se aprecian las formaciones típicas de una zona caliza, donde se da el modelado kárstico, con la formación de cuevas, galerías subterráneas, estalactitas y estalagmitas, columnas, ríos subterráneos...
Todos los participantes, profesores y alumnos, así como los monitores encargados de las actividades han coincidido en que la experiencia ha sido muy positiva, alcanzandose el doble objetivo que se había fijado: el conocimiento y la conservación del medio ambiente, mediante las marchas que se han llevado a cabo, apoyadas por explicaciones de lo que se iba viendo y la convivencia entre los chicos y chicas fuera del entorno habitual en el que reciben las clases diariamente.
“Merece la pena, por tanto, llevar a cabo este tipo de actividades, ya que lo que en ellas se imparte es más difícil de olvidar, puesto que los chicos ven sobre el terreno lo que se les está explicando, de una forma práctica, cosa que, a veces, no se consigue con las explicaciones teóricas que se pueden dar en el aula”, comenta Pedro Agudíez, uno de los profesores del Instituto que se ha implicado en el proyecto acompañando a uno de los grupos, el que ha acudido al CEAM de Viérnoles. “Esperamos poder repetir la experiencia otros años, siempre que el Ministerio de Educación y Ciencia o la Junta de Castilla y León nos lo concedan”.
La actividad se completa cuando los chicos y chicas regresan al Centro y se ponen en común en la clase todos los trabajos realizados en las Aulas en la Naturaleza por los diferentes grupos de alumnos. De todo ello, se extraen unas conclusiones, que quedan reflejadas en un informe que elabora el Departamento de Ciencias Naturales y que se envía al Ministerio o a la Junta de Castilla y León, en el plazo de un mes, desde la finalización de la actividad, como un justificante del resultado obtenido con la participación de los alumnos en el proyecto que se ha desarrollado.
La importancia de conservar el medio ambiente y de vivirlo de cerca.
Carmen y Luis son los dos monitores responsables del Aula Activa de Villamanín (León). Llevan cuatro años trabajando en este albergue, con alumnos de todas las edades, desde los 10 años, que cursan quinto de Primaria hasta los 17 que tienen los alumnos de Bachillerato. Su labor consiste en mostrar la Naturaleza a los chicos y chicas, pero dándole un enfoque eminentemente práctico. “Para que entiendan lo importante que es conservar el medio ambiente les enseñamos, por ejemplo, un vertedero incontrolado, que no sólo afea el paisaje, sino que además es un foco de contaminación, al filtrarse sustancias tóxicas, que acaban en las aguas subterráneas que luego podemos llegar a beber”, comenta Carmen en el lugar desde el que se puede apreciar dicho vertedero.
A continuación se entabla un diálogo entre los chicos y chicas sobre el tema y ellos toman conciencia del problema con mayor facilidad. “Si se lo explicas en clase, de forma teórica, pueden no llegar a entenderlo o puede parecerles algo muy lejano, pero aquí lo ven con sus propios ojos y se dan cuenta del problema mucho más fácilmente”, asegura Luis, otro de los monitores. Hoy en día, todos hablamos de lo importante que es la conservación del medio ambiente, no sólo pensando en nosotros, sino también en las generaciones futuras. Y con actividades de este tipo y poco a poco, se puede ir concienciando a la gente de la gravedad del problema que se nos plantea y podemos afrontar posibles soluciones. Asímismo, nos damos cuenta de que, entre todos, con gestos pequeños y habituales, podemos llegar a conseguir esa meta última, que es la conservación del medio ambiente,la protección de la Naturaleza y nos daremos cuenta de que esa protección no es incompatible con el estado del bienestar que hemos llegado a alcanzar en los últimos años.
JORGE VAQUERIZO - Alumno de 1º Bachillerato - “Una forma distinta de aprender”
Me han gustado mucho las actividades desarrolladas en el campo, sobre todo las marchas, ya que es una forma distinta y más amena de aprender cosas y lo que aprendes no se te olvida con tanta facilidad.
ELENA MARTÍN - Alumna de 1º Bachillerato “Lo mejor de todo, la convivencia”
Para mí, lo mejor de todo ha sido la relación tan buena que se ha establecido entre todos los que hemos participado en la actividad: alumnos, monitores y el profesor que nos ha acompañado.
RUBÉN ZAMARRO - Alumno de 1º Bachillerato “Es más divertido aprender de esta forma”
Pienso que las actividades que se han llevado a cabo han estado muy bien, hemos aprendido muchas cosas sobre la Naturaleza, de una forma amena y divertida.
ANDREA LÁZARO - Alumna de 1º Bachillerato “Debería repetirse”
La semana se nos ha pasado volando y hemos aprendido muchas cosas de la Naturaleza de una forma distinta a la habitual en el aula. Aunque volvíamos cansados de las marchas, merecía la pena.
FUENTE:
EL ADELANTADO DE SEGOVIA
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