Parece ser que, según un texto que nos ha hecho llegar Alberto Tejedor y escrito por él mismo, si alguien no lo remedia, el futuro de Sebúlcor va a ser más bien seco. A continuación transcribimos el mismo dada su importancia para Sebúlcor así como su valor didáctico:
El agua es uno de los elementos básicos para la vida, cuna de los seres vivos, sin agua no es posible la vida, sin agua no es posible el desarrollo. El agua es el origen de todos los procesos biológicos y ecológicos y, como he dicho antes, es el elemento esencial para el desarrollo de la vida.
Desde la época antigua, se hacen referencias específicas al agua. Aristóteles define el agua como uno de los cuatro elementos básicos de la creación, junto con la tierra, el aire y el fuego. Otros de la época antigua también consideraban el agua como el único elemento verdadero a partir del cual se forman todos los demás cuerpos. Mirando al presente y al futuro, nuestras vidas por completo dependen de ella, no es concebible ninguna actividad que no gire a este preciado líquido, ciudades, industrias, cultivos, etc.
Durante siglos se ha considerado el agua como un recurso ilimitado que, en consecuencia, no era preciso administrar cuidadosamente y en estos momentos, a principios del siglo XXI, mucha gente piensa lo mismo.
Las demandas actuales de agua dulce son las mayores de la historia de la humanidad, y están en progresivo aumento. El agua dulce comienza a resultar un bien escaso, que además sufre problemas de contaminaciones de todo tipo. La conservación de los recursos hídricos mundiales y de cada uno de los países, tanto cuantitativa como cualitativa, se plantea en nuestros días como uno de los grandes retos de la humanidad, cuya adecuada solución es de vital importancia para la vida en el planeta.
El ciclo hidrológico
El concepto de ciclo hidrológico se basa en el permanente movimiento o transferencia de las masas de agua, tanto de un punto del planeta a otro, como entre sus diferentes estados (líquido, gaseoso y sólido). Está animado por dos causas: La energía solar y la gravedad. El Sol causa la evaporación del agua, que una vez en forma de vapor, se eleva desde la superficie de la corteza terrestre hasta capas superiores de la atmósfera. Por su parte la fuerza de la gravedad hace que el agua condensada en las nubes precipite y, una vez en la superficie de la tierra, circule desde las alturas a las zonas más bajas. El ciclo hidrológico se inicia en las grandes superficies líquidas del planeta, lagos, ríos y sobre todo mares y océanos, de los que se desprende constantemente vapor de agua por efecto de la radiación solar, evidentemente en las zonas próximas al ecuador.
Puesto que la densidad del vapor de agua es menor que la del aire, asciende hasta las capas altas de la atmósfera. La temperatura del aire disminuye con la altura, por lo que el vapor de agua se enfría, hasta llegar un punto en que se condensa en forma de minúsculas partículas de agua que forman las nubes y la niebla. En las nubes existe un equilibrio entre el agua en forma de vapor y las minúsculas partículas de agua líquida. Ahora bien, una condensación mayor de estas partículas, provocada por un descenso de temperaturas o por una mayor concentración de vapor de agua, da lugar a que las partículas se unan unas a otras, formando gotas que por gravedad caen sobre la tierra.
De las precipitaciones que alcanzan la superficie de la tierra, una mínima parte queda retenida en charcos o lagos, de donde después se evaporará lentamente. Otra parte circula sobre la superficie y se concentra en pequeños torrentes y arroyos, que acabarán vertiendo a ríos y desde ellos al mar. Finalmente una tercera parte de esta agua penetra bajo la superficie del terreno, a través de los agujeros y fisuras del suelo. El agua infiltrada en el suelo puede permanecer cerca de la superficie del terreno, sin penetrar profundamente hacia el subsuelo. Esta agua resulta fundamental para la vida de las plantas, que la absorberán para después devolverla parcialmente a la atmósfera en su transpiración. Otra fracción de agua que toma la tierra desciende hacia las capas más profundas, alcanzando los acuíferos subterráneos en los que el agua se mueve con extraordinaria lentitud.
El ciclo del agua facilita la existencia de agua dulce y agua salada sobre la superficie del planeta. Durante la fase de evaporación del mar, la energía solar actúa como una gigantesca planta desalinizadora, permitiendo la formación de vapor desprovisto de sales. Este vapor condensado en forma de precipitaciones de agua dulce permite la existencia de las formas de vida actuales sobre la superficie de la tierra. Posteriormente, al incorporarse las aguas dulces de los ríos a los océanos el ciclo se cierra allá donde comenzó.
El agua y el hombre
Digamos que el ciclo hidrológico funciona como un circuito cerrado, lo hemos visto en los párrafos anteriores. La naturaleza ha creado una especie de máquina insuperable, regulando y gestionando las necesidades de cada uno de los seres vivos. Ese circuito cerrado perfecto que es el ciclo hidrológico, ahora tiene fugas, no funciona como es debido. A la naturaleza le ha salido un duro competidor “EL HOMBRE”. Hasta ahora se había integrado en el sistema con los demás seres vivos del planeta, pero de unos años a esta parte ha crecido y se ha hecho poderoso, tanto, como para competir con la Diosa Naturaleza.
Dos palabras en materia de biodiversidad definen el comportamiento de la naturaleza en todos los sentidos “equilibrio ecológico”. El hombre, sobre todo en el último siglo, ha influido negativamente en la naturaleza, alterándola de una manera plausible. Ya sea con la emisión de gases contaminantes que dañan la atmósfera o bien con la sobreexplotación de los acuíferos. Siempre digo que tenemos que aprender de la naturalaza (es perfecta) y no intentar saber más que ella ya que conllevaría a nuestra propia destrucción. Vamos a intentar coger de nuevo el rumbo y seguir el camino más recto sin grandes virajes hacia otros temas y tratar de encauzar más a fondo el problema que venimos describiendo que no es otro que el del agua. Resulta sorprendente, pero el agua dulce de la hidrosfera, tan necesaria para la vida ¡Apenas supone un 6 % del total!
El ciclo evaporación-transpiración descrito no sólo transfiere vapor desde la superficie a la atmósfera sino que colabora a mantener la superficie de la tierra más fría y la atmósfera más caliente. Juega además otro papel de vital importancia, permite dulcificar las temperaturas y precipitaciones de diferentes zonas del planeta, intercambiando calor y humedad entre puntos en ocasiones muy alejados.
¡He aquí el meollo de la cuestión! El problema del calentamiento global del planeta proviene, aparte de la contaminación que generan los combustibles fósiles y de los residuos y deshechos, reside en la manipulación de las aguas.
El agua dulce superficial continental sigue su ciclo. Evaporación, condensación y al final las precipitaciones que generan escorrentías, torrentes y ríos. También las precipitaciones alimentan los acuíferos que cuando están a rebosar y han alcanzado un nivel óptimo, el agua sobrante sale a la superficie en surgideros como fuentes y manantiales. Esta agua dulce superficial necesaria para la mayoría de los hábitat está desapareciendo, a pesar, que la media de precipitaciones van parejas en los últimos cien años, con sus respectivos ciclos de sequías y de inundaciones. Está claro que lo que crea biodiversidad en la superficie terrestre es el agua como es obvio donde hay agua hay vida. Pero a pesar de que siguen las mismas precipitaciones en los últimos años, se siguen secando los ríos, las lagunas, las fuentes, los manantiales, etc. Y todo por haber alterado el ciclo hidrológico con su equilibrio.
Los Hidrogeólogos, los técnicos del Medio Ambiente, y los responsables de las distintas administraciones con competencia en el tema, deberían estudiar más a fondo el comportamiento del agua y así poder debatir y dilucidar los problemas y consecuencias que en un futuro próximo puede acarrear la falta de agua. De hecho en España ya lo estamos teniendo y padeciendo sobre todo en el Centro y Sur Peninsular.
Hay que mirar los intereses globales y no los intereses de unos pocos que se enriquecen a costa de un bien común que es de todos. Hay que gestionar el agua de una manera sostenible y racional para todo el mundo. Algunos hidrogeólogos dicen que en el subsuelo de España y sobre todo en algunas zonas que están llenas de grandes acuíferos, que tenemos agua para aburrir. En los últimos 30 años el nivel freático del agua ha disminuido en una proporción muy considerable. Esto es debido generalmente a la sobreexplotación de los acuíferos, sobre todo para usos agrícolas.
Digo esto porque en la zona y sobre todo en el término de Sebúlcor empresas que cultivan la planta de la fresa se han establecido comprando y alquilando grandes cantidades de tierras, efectuando diversos sondeos (me imagino con todos los permisos pertinentes), derrochando grandes cantidades de agua para enriquecerse a costa del agua de todos. Opino que la C.H.D. debía tener más diálogo con las gentes y explicar a la población el porqué autoriza permisos a diestro y siniestro para la realización de sondeos. También soy reticente a los trasvases, como el último que quiere aplicar el gobierno. No estoy de acuerdo, no puede ser bueno, algún día explicaré porqué.
Por Alberto Tejedor
0 Personas han dejado sus comentarios:
Publicar un comentario