El Chotacabras Gris o Europeo es un ave muy peculiar e interesante y una gran desconocida para la mayoría de la gente, a pesar de que habita en gran parte del territorio español. El nombre “chotacabras” significa “mamar cabras” y proviene de un antiguo mito originado en la creencia que tenían los antiguos pastores de que esta ave chupaba la leche de su ganado, nada más lejos de la realidad, ya que si se ve a esta ave cerca del ganado es porque también se alimenta de los insectos que se hayan junto al ganado.
Tiene un tamaño aproximado al de una paloma y hábitos nocturnos como los búhos, lechuzas, mochuelos…, pero su comportamiento es totalmente distinto. Se alimenta exclusivamente de insectos, a los que atrapa de una manera muy peculiar. Posee un pico pequeño como el de los vencejos, pero una boca inmensamente grande, a los lados de la boca tiene unos pelos (cerdas) relativamente largos con los que detecta a los insectos, para a continuación abrir su gran boca y atraparlos.
Sufre un gran número de atropellos debido a que los insectos son atraídos por las luces de los vehículos y a su vez el chotacabras es atraído por estos para alimentarse.
Su comportamiento a la hora de sacar su puesta (nidada) adelante es totalmente diferente al del resto de las aves. Suele criar en zonas de arbolado abierto depositando un par de huevos en el suelo sin hacer nidal, pero muy bien camuflados con el terreno, tanto el ave como los huevos. No abandona la puesta hasta que se siente muy acosado por cualquier intruso. Si los huevos no sufren depredación, los cambia de sitio, dándose casos de haberlos movido hasta treinta metros desde el emplazamiento original. Una vez que nacen los pollos, si son molestados o se creen en peligro, se separan y cada uno se queda en un sitio diferente. Los padres intentarán llamar la atención de los posibles depredadores, haciendo vuelos cortos y rasantes como si estuvieran heridos.
El número de ejemplares de esta especie ha disminuido considerablemente en los últimos años al igual que el de otras especies de aves, aunque de momento no está en peligro de extinción.
En Sebúlcor los Chotacabras son llamados Capachos, siempre han abundado aunque no han sido muy conocidos por los habitantes del pueblo. También algunos, en época de escasez de alimentos, los llamaban Engañabobos, porque al querer capturarlos se dejan aproximar mucho, dando un vuelo corto cuando ya estaban a punto de ser atrapados, haciendo creer que los podrían coger fácilmente, cosa prácticamente imposible.
Muy rara vez se les puede ver posados en ramas de árboles, siempre están en el suelos camuflados con el terreno.
Tiene un tamaño aproximado al de una paloma y hábitos nocturnos como los búhos, lechuzas, mochuelos…, pero su comportamiento es totalmente distinto. Se alimenta exclusivamente de insectos, a los que atrapa de una manera muy peculiar. Posee un pico pequeño como el de los vencejos, pero una boca inmensamente grande, a los lados de la boca tiene unos pelos (cerdas) relativamente largos con los que detecta a los insectos, para a continuación abrir su gran boca y atraparlos.
Su comportamiento a la hora de sacar su puesta (nidada) adelante es totalmente diferente al del resto de las aves. Suele criar en zonas de arbolado abierto depositando un par de huevos en el suelo sin hacer nidal, pero muy bien camuflados con el terreno, tanto el ave como los huevos. No abandona la puesta hasta que se siente muy acosado por cualquier intruso. Si los huevos no sufren depredación, los cambia de sitio, dándose casos de haberlos movido hasta treinta metros desde el emplazamiento original. Una vez que nacen los pollos, si son molestados o se creen en peligro, se separan y cada uno se queda en un sitio diferente. Los padres intentarán llamar la atención de los posibles depredadores, haciendo vuelos cortos y rasantes como si estuvieran heridos.
En Sebúlcor los Chotacabras son llamados Capachos, siempre han abundado aunque no han sido muy conocidos por los habitantes del pueblo. También algunos, en época de escasez de alimentos, los llamaban Engañabobos, porque al querer capturarlos se dejan aproximar mucho, dando un vuelo corto cuando ya estaban a punto de ser atrapados, haciendo creer que los podrían coger fácilmente, cosa prácticamente imposible.
Muy rara vez se les puede ver posados en ramas de árboles, siempre están en el suelos camuflados con el terreno.
Fotos y texto de:
Alberto Tejedor.
Alberto, da gusto leer estas líneas y más aún comprobar la experiencia y sabiduría que demuestras oyéndote hablar de esta naturaleza y tierra que haces tan tuyas y que compartes con nosotros.
ResponderEliminarGracias por esta pequeña rareza y joya.
Un saludo y sigue así.