INCENDIOS EN NAVALILLA

Tras el incendio de Navalilla del pasado 15 de junio decidí, este fin de semana, recorrer la zona quemada, me acompañó Fernando (Esca). Yo nunca había estado en un monte después de un incendio, y la sensación fue desoladora. Lo primero que percibes, o mejor, que no percibes, son los sonidos del pinar, no se oye ningún pájaro, no hay ningún sonido, todos los animales que han podido han huido. El terreno se ha vuelto negro, no ha quedado nada vivo a ras de suelo, como ya han pasado quince días desde el incendio, los agujos de los pinos, caídos por doquier, disimulan esa negrura que se te clava en el alma. En algunos lugares, se ven unos agujeros en el suelo del diámetro de los pinos que los ocupaban, me comentan que algunos pinos, cuando cogen gran temperatura explotan, dejando solo el hueco en el que se asentaban. Existen rincones, no se sabe por que azares del destino, que han permanecido intactos, como pequeñas islas rodeadas de un mar de destrucción, en las que han sobrevivido algunos pinos, los tomillos y el musgo, y las demás plantas que componen parte del ecosistema del pinar.

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Por otras zonas, los pinos solo han ardido por una cara y parte de sus copas parece que ha resistido, no se cual será su destino, si podrán seguir adelante y olvidar la pesadilla vivida.
Algún vecino nos comenta que llegaron a pasar verdadero miedo, que en un principio el fuego iba lento y que pensaban que podrían apagarlo, pero que de repente se levantaron grandes ráfagas de viento y que tuvieron que abandonar la zona y dirigirse hacia Navalilla, y cuentan que en apenas tres o cuatro minutos el fuego estaba a las orillas de las casas. Nos contaron que un rayo fue el culpable, pero ayer otro incendio comenzó de nuevo a asolar la misma zona y, según parece, con más virulencia, dirigiéndose hacia Cobos de Fuentidueña y San Miguel de Bernuy y, lo peor de todo, parece que esta vez la mano del hombre está detrás del incendio.
El pinar es uno de los activos más grandes que tienen nuestros pueblos, nos proporcionan madera, resina, turistas... gracias a ellos se está consiguiendo detener el abandono rural, se está asentando población.
¿Os podéis imaginar nuestro parque natural con los pinares quemados?

Desde este enlace podéis ver más fotos https://goo.gl/photos/Dyhei5ianYjU2Ajt5.

Uge, La Web de Sebúlcor

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2 Personas han dejado sus comentarios:

  1. Pues es curiosa la naturaleza,y a veces contradictoria,este primer incendio le provocó con un rayo sobre si misma, y el hombre le apagó,este último dicen se le provoco la inconsciencia de el hombre pero le apagó estas providenciales lluvias.
    La naturaleza es a sí de peculiar,pero como sabia que es, lo resuelve todo con tiempo,para ella el tiempo no es una generación o unos siglos mas o menos como para el ser humano,ella se regenera y autogestiona desde antes de que el ser humano apareciera sobre el planeta ¡¡pero !! y ¿ si el ser humano no interviniera,ni para bien, ni para mal?
    Creo que se protegería de una forma adecuada y con equilibrio,en los terrenos quemados crecerían otras especies mas resistentes a los incendios,los pinos al igual que los eucaliptos son repoblaciones y apuestas del ser humano un poco arriesgadas y con intereses propios,pero me pregunto,a largo plazo ¿nos traerá consecuencias irreversibles para la especie humana?
    La explotación del planeta debe ser mirando a un futuro pero con su calendario a muy, muy, largo plazo como hace la naturaleza.La gallina no debe matarse para comer un día, es mejor dejarla vivir para poner huevos y aunque no sea un festín pero nos dará de comer día a día.

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  2. Más o menos, opino como tu, Fernando, la naturaleza es sabia y se autoregula, pero el poder del hombre es tan grande... La única opción que le va a quedar a la naturaleza es estirpar de raíz el cancer que para ella suponemos. Poco a poco ira creando, con la ayuda de nuestra estupidez, las condiciones para nuestra extinción.

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